Sí, sigo averiguando qué puedo hacer en mis clases y como una de las cuestiones que me preocupa es el clima afectivo de la clase, pues, me he lanzado a leer la dimensión afectiva en el aprendizaje de idiomas de Jane Arnold. Sí, voy leyendo muchas cosas a la vez pero todas tienen mucha relación unas con otras. Al fin y al cabo, desde la perspectiva del enfoque constructivista de la enseñanza se tienen muy en cuenta todos los factores psicológicos que infuyen en este proceso, que no es sencillo. Además, este libro tiene mucho que ver con las nuevas corrientes educativas que están introduciendo en sus currículos algunos colegios o están teniendo en cuenta para educar a los niños; la inteligencia emocional y su ampliación, la inteligencia social.
Volviendo al tema del constructivismo, esta corriente propone que todos los integrantes del aula, profesores y alumnos, vamos a clase con una serie de características y condicionantes psíquicos y psicológicos. Es decir, todos tenemos toda una historia detrás que nos hace ser como somos y que nos predispone a actuar o reaccionar de un modo u otro ante una misma cosa. De ahí, que haya alumnos que tengan una gran predisposición a hablar sin importarles el error o que sufran un menor bloqueo, o que estén más dispuestos a compartir que otros. Incluso, como profesora seguro que les estoy transmitiendo un montón de mensajes de los que no soy consciente a través de mi forma de moverme, de hablar, de mirarlos, etc. Además, unas veces vamos a clase cansados, enfadados, con problemas, sin ellos, etc. Creo que esto ya lo he comentado en otro momento. Por tanto, para mí es muy importante tener en cuenta en clase estas variables porque como dije en otro artículo, no sólo quiero enseñarles lengua y ya está. Ahora que lo pienso, yo pensaba que la angustia, la ansiedad y otro tipo de sentimientos que se producen en la clase estaban relacionados directamente con la dificultad de la tarea, las actividades que hacíamos en clase o de claridad de las explicaciones. Sin embargo, en este momento me doy cuenta de que no son lo único o más importante -sí, es importante que las actividades sean adecuadas al nivel, al tema que estudiamos, a las cuestiones gramaticales que estudiamos, etc.- también hay que tener en cuenta que hay factores en clase que contribuyen al aumento de la angustia, los nervios, … , provocados por la situación de aprendizaje.
Asimismo, no puedo olvidarme de que el constructivismo también defiende la idea de que este proceso de enseñanza/aprendizaje afecta a la globalidad de la persona. En principio no entendía muy bien a qué se referían con esto pero creo que, poco a poco, voy entendiendo mejor este concepto. También me doy cuenta de que el profesor tiene que involucrarse en la clase; de hecho, una de las ideas que más me ha gustado y que aparecen en el libro es que el/la profesor/a puede ayudar mucho a su alumno a través de su propio aprendizaje. Creía que esto podía conseguirse asistiendo a clases de idiomas para ponerme en la piel del alumno. Sin embargo, te encuetras con que pasas por los mismos procesos psicológicos que tus alumnos pero no puedes explicar por qué. Por eso ahora, me interesa tanto profundizar en este tema para poder comprender y dar mejores soluciones a las cosas que pasan en clase. Por esta razón, en los próximos días voy a ir reflexionando sobre este tema.
El objetivo final es que, una vez que todo esto esté claro en mi mente, pueda diseñar un plan de actuación para poder introducirlo en la clase poco a poco. Por supuesto, todo no tendrá cabida y no todo funcionará, como siempre, pero me parece la dimensión afectiva del aprendizaje me parece muy importante y quisiera, al menos, probar y ver si existe una mejora en mis alumnos y en mí.