Podría decir que es una nueva costumbre por la forma en que la llevo a cabo, pero no por su novedad. Siempre que estudio una materia para repasarla o realizo cualquier trabajo reflexivo, no sólo utilizo la escritura, también utilizo el diálogo interno o la «exposición imaginaria» para despejar dudas.
No siempre es fácil ponerse a escribir porque la idea que te ronda por la cabeza todavía no tiene forma. De modo que, no encuentras la vía correcta para expresarla; otras veces, esa idea termina por esfumarse porque no la cogista a tiempo y en otras ocasiones, te das cuenta de que esa idea que te andaba preocupando en realidad ya estaba solucionada. En cualquier caso, la escritura suele necesitar de tiempo y de ideas más o menos claras, cosa que a veces no es posible. De ahí la idea de recurrir a la grabación de cavilaciones.
En mi caso, el oírme desarrollando temas en voz alta o entablar diálogos internos me ayuda a reforzar conocimientos o descubrir ideas que, a veces, pasan desapercibidas. Así que de vez en cuando grabo en el mp4 mis pensamientos en voz alta para escucharlos más tarde. La idea es dejarlos reposar durante un tiempo para poder recuperarlos más adelante. Es otra manera más de continuar con esta reflexión en la que siempre ando metida.
En definitiva, es otra herramienta más que estoy empezando a utilizar. No es nueva porque supone hacer lo mismo de siempre, pero utilizando otros medios.