los manuales con los que han de estudiar. Me resulta siempre tremendamente interesante intercambiar opiniones con mis alumnos y saber las cosas que piensan sobre temas como, por ejemplo, el libro de texto. En este caso, me refiero a los comentarios que me hizo una alumna de 1º de ESO acerca del manual de lengua que tiene este año.
En otra ocasión he mencionado que este año trabajan con materiales basados en el enfoque por competencias, planteamiento totalmente opuesto al que tenía el manual del año pasado mucho más tradicional.
La cuestión es que mi alumna percibe claramente las diferencias que existen entre un libro y otro, asimismo tiene muy claro cuál de los dos prefiere. El libro de este año no tiene esquemas, ni resúmenes y además, en su opinión, ofrece información que no le interesa. (Esto es en referencia a un cuadrito de texto en el que pone: ¿sabías que…?). Por tanto, prefiere el libro del año anterior porque éste sí contenía cuadros en forma de recordatorio y algunos esquemas que le facilitaban el estudio.
Otra cosa que me resultó curiosa fue su comentario acerca de la explicación que daba el libro sobre el diario personal. En este manual se define qué es un diario personal y los pasos que supuestamente seguimos a la hora de redactarlo. ¿Cuál era la opinión de la alumna sobre estos pasos? Pues, que ella no hacía esas cosas. (Aquí deberían haber apelado a la experiencia del alumnado ). Lo cierto es que, yo, como persona que escribe diarios debo decir que se planteaba un proceso de escritura realmente artificial para la escritura de este tipo de texto, puesto que normalmente no se hace una lista con las cosas que te han pasado y luego las ordenas. Además, por lo general, antes de ponerte a escribir tienes muy claro qué vas a comentar: si has visto al chico que te gusta, si te ha mirado, si te ha hablado, si te has peleado con tu mejor amiga, si te has ido de excursión, un momento concreto que no quieres olvidar, algo negativo que te ha sucedido en clase. Es decir, el acto de escribir un diario es totalmente espontáneo que no tiene como destinatario a una segunda persona, cosa que me señaló mi alumna: Lo que escribo no lo va a leer otra persona, escribo para mí y lo hago así… (Me explicó qué rutina seguía).
Como siempre, aprendiendo cosas de los alumnos y derribando la idea de que son personas sin experiencias previas de ningún tipo y que con cada nuevo año deben aprender todo desde cero.