A raíz del artículo anterior donde comentaba algunas de mis impresiones sobre la entrevista a Vicenta González sobre portafolios radiada por Ldelengua hemos entablado un debate muy interesante sobre el que me gustaría llamar la atención. (Con vuestro permiso hago un resumen).
Todo empezó con esta pregunta a la que Vicenta quiso contestar:
¿Qué estrategias ha de aprender el profesor para ser autónomo y poder gestionar su propio conocimiento sin necesidad de un tutor?
Vicenta González sugirió lo siguiente:
No sé si soy muy osada, pero creo que sería algo así como aprender a formular objetivos, a observar la realidad, a formular planes de actuación realistas y posibles en el contexto de enseñanza en el que me encuentre, a relacionar los datos que extraiga de las observaciones con mis planes de clase y con las actuaciones de los alumnos. Y algo también importante manejar bibliografía adecuada a las cuestiones que me preocupan.
Lo cierto es que estoy totalmente de acuerdo con ella y también sé que es un trabajo difícil de realizar porque requiere de práctica y una guía al principio. También pienso que es importante que alguien desde fuera pueda dar su opinión o aportar cierto grado de objetividad porque muchas veces es difícil ser objetiva con el trabajo que una misma realiza. Asimismo me parece que es importante desarrollar un sentido autocrítico con respecto a nuestro trabajo para lo que necesitamos aprender a cuestionarnos qué hacemos, cómo lo hacemos y porqué. Eso sí, no quiero decir con esto que tengamos que estar a cada paso realizando este tipo de ejercicio.
Otro tema que se ha tocado en el debate es la resistencia o reticencia de los docentes a ser observados porque tenemos la sensación de que vamos a ser juzgados. Por ejemplo, Ana dejó el siguiente comentario:
Por comentarios de mis compañeros, a la mayoría le crea inseguridad el hecho de que alguien puede ver sus «errores» y es puede ser duro que, después de 15 años en la profesión, alguien te diga:¿ y esto por qué lo haces así?
¿Aceptamos, como profesores, que sólo hay una única forma de hacer las cosas? ¿No es posible que cada uno tengamos nuestro estilo de enseñanza y que tan sólo haya que descubrirlo? (Esto son afirmaciones que Ana hace y que yo convierto en pregunta). Como aportación personal, me pregunto si tenemos tanto miedo a equivocarnos, ¿cómo podemos restar importancia a los errores que comenten nuestros alumnos en clase?
Otro tema a destacar es el relacionado con el profesor y su personalidad y en cómo influyen a la hora de interactuar con el alumnado o gestionar la clase. Vicenta comenta que es ahí donde se pueden llegar a observar las diferentes formas que tenemos cada uno de nosotros, como profesores, de enfocar las clases. Ya que los contenidos son los que son y hay poco margen para cambiarlos, sobre todo, si trabajas en un curso programado donde debes trabajar con un material determinado, durante un tiempo establecido, etc.