Sí, la gramática es un tema de preocupación en mi vida docente. Me preocupa cómo la enseño, qué tipo de ejercicios hago para que mis alumnos practiquen, cómo la reciben ellos y otros tantos millones de cosas más. Durante el año pasado adquirí nuevas visiones de la gramática, no se trataba sólo de un conjunto de reglas que había que darle a los alumnos para que ellos pudiesen practicar a partir de ejercicios de rellenar huecos, por ejemplo, y empecé a concebir que mis alumnos no sólo aprendían gramática durante las sesiones en que dedicaba a la misma; si no que a través del trabajo con destrezas también estaban aprendiendo gramática. Tanto es así, que sin darme cuenta he ido abandonando las clases puramente gramaticales: llegar a clase, exponer la explicación y hacer ejercicios para practicar lo visto. (Esto lo he contrastado con el tipo de actividades que realizo con mis alumnos a través de las programaciones que tengo). Sin embargo, en estos últimos tiempos me he dado cuenta de que este tipo de clases son importantes, interesantes o necesarias para los alumnos en niveles iniciales. Necesitamos algo a lo que agarrarnos. Así que sirva esto de toque de atención para volver a la clase de gramática.
Por otro lado, al enseñar la gramática de EL1 a una niña que la tiene como L2 me está haciendo replantearme algunas cosas con respecto a la gramática en clase y a otras muchas cosas. El tener que enseñarle la gramática del español me ha llevado a preguntarme por qué estudiamos la gramática de este modo los nativos -parece más obvio que en LE o L2 tengamos que estudiarla- pero qué pasa con la L1. ¿Por qué los nativos que tenemos los conocimientos implícitos necesitamos explicitarlos? ¿qué objetivo tiene esto? Porque en el caso de la LE, los profesores hacemos el recorrido inverso, es decir, explicitamos la gramática para que el alumno la aprenda y con el tiempo sea capaz de utilizarla de forma implícita. El caso es que gracias a un trabajo de Marta Milian y Anna Camps sobre el razonamiento metalingüístico en el marco de secuencias didácticas de gramática (SDG) -publicado en Diálogo e Investigación en el aula, Graó- he podido aclarar algunas cosas que no veía porque sólo tenía un punto de vista. En este trabajo las autoras comentan que el desarrollo de la conciencia metalingüística es importante para conocer el funcionamiento de la lengua y, además, «supone una prueba de conocimiento y dominio de determinados aspectos lingüíticos o discursivos«, otra cuestión es cómo se se realiza. Lo cierto es que a los nativos los conocimientos gramaticales explícitos nos ayudan a mejorar nuestra expresión escrita y oral, a saber qué registro es más adecuado utilizar en cada momemento, es útil a la hora de aprender un segundo idioma, etc.
Otra cosa de la que me ha hecho darme cuenta es que una de las motivaciones principales para aprender español de mis alumnos es el propio español. Es decir, el aprendizaje en sí ya es una motivación. Esto es importante porque me estaba obsesionando mucho con el hecho de que el aprendizaje fuese significativo y me estaba olvidadndo de que el aprender español ya tiene su importancia para ellos de por sí.
Ahora, sólo queda observar la clase y tomar notas.
PS: El trabajo y la reflexión sobre la enseñanza de la gramática para niños que se encuentran estudiando español como segunda lengua en el contexto escolar me llevó a escribir las siguientes reflexiones: