Comprendiendo mejor el proceso de reflexión docente.

por Maribel González Martínez

o al menos, creyendo que lo hago. Ando modificando mi discurso y por eso utilizo los gerundios, se acabaron los pretéritos; al menos por el momento. ¿Por qué? Porque ando tomando conciencia de que el proceso de reflexión no es algo rápido, no me va a servir para alcanzar recetas mágicas que eliminen todos mis problemas en clase, no es algo superficial. Es un proceso de aprendizaje sobre mi labor, por tanto es un proceso largo, de continuo cambio que me va a llevar a quedarme con algunas cosas, desechar otras,… Asimismo, es un cambio que afecta a toda mi persona porque en él estoy implicada por completo. Es verdad que este tipo de trabajo encaja muy bien con mi personalidad y mi forma de hacer las cosas. Como ya dije en el post dedicado a describir mi propio aprendizaje, soy una persona con un estilo analítico y comunicativo; esto significa que estoy desarrollando mi dos estilos a través de los blogs que escribo. Podríamos decir que inconscientemente empecé a través de la vertiente comunicativa porque mi intención era aprender a partir del intercambio de ideas y de problemas surgidos en clase. Ahora estoy pasando a desarrollar la vertiente analítica de mi estilo de aprendizaje ya que, estoy investigando los problemas que voy detectando en mi labor para ir dándoles posibles soluciones.

Me estoy dando cuenta de cierta evolución en la escritura de mis diarios y de mi propia persona. Cuando empecé a escribir hace algo más de año, lo hice porque necesitaba compartir lo que me pasaba en clase, necesitaba que alguien me ayudara, que me diera su punto de vista por eso elegí el formato electrónico. Pensé que algún alma caritativa se apiadaría de mí y me ayudaría, así fue, no me equivoqué lo más mínimo – Aquí, andaba buscando que cubrieran mis necesidades afectivas básicas que toda persona tiene. Es verdad que comentaba muchos de las cosas que pasaban en clase con mi familia, pero no es exactamente lo mismo-. Por esa razón, estoy tan contenta de haber empezado con esta herramienta en red. Fue todo un ejercicio de exposición a los demás porque explicar en público qué haces en clase, qué no haces, o las cosas que sientes durante las mismas supone cierto nivel de angustia. En esos momentos, andaba pensando que podría alcanzar soluciones que me fueran a ser útiles siempre, veía las cosas de un modo más simple. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que las cosas no son exactamente así y que este proceso de reflexión me está aportando unas actitudes y aptitudes nuevas antes el proceso de enseñanza/aprendizaje. Hasta ahora iba detectando problemas y les daba soluciones de forma intuitiva o pensando en qué podía ser más adecuado en cierta situación, pero esto creo que me limita bastante – a veces, te equivocas porque estás contemplando el problema desde un punto de vista que no se ajusta a la realidad y eso te hace adoptar soluciones que no son adecuadas a la misma-.Los problemas que surgen en clase no son sólo de tipo cognitivo, también lo son de tipo afectivo – ahora entiendo qué significa esto- tanto en el caso de mis alumnos como en mi propia forma de enfrentarme a la clase. Cuando hablo de cuestiones afectivas, me refiero a los sentimientos que se generan en clase como la angustia, el miedo, la frustración, la alegría, etc. ¿Qué significa todo esto? Significa que quizá esté presuponiendo que mis alumnos tienen un problema cognitivo -por falta de memoria, por la edad, etc-. y sin embargo lo que realmente existe es un problema afectivo -angustia, miedo a verse expuestos ante los demás, nervios, frustración-. Es una cuestión compleja y que en este momento me resulta difícil de explicar, por tanto necesita que la repiense. Pero sí puedo decir que era consciente de que todo este tipo de emociones se generan en clase pero no sabía cómo gestionarlas, siempre me quedaba en un: «venga, chicos, que podéis»; cuando lo que quizá necesitaban era un cambio de enfoque en mi forma de enseñar.

2 comentarios to “Comprendiendo mejor el proceso de reflexión docente.”

  1. Excelente reflexión. Eso es lo que considero ha de ser uno de los ejercicios frecuentes del docente: reflexionar la propia práctica desde la mirada interna y desde la externa. En el proceso de aprendizaje no estamos solos; el estudiante tiene a sus compañeros y a su docente; además, quien aprende está rodeado de circunstancias, de emociones, de intereses que pueden o no favorecer los procesos cognitivos. El aprendizaje no siempre es el resultado de las capacidades intelectuales; muchas veces lo es de las motivaciones y en eso los docentes tenemos mucho que aportar.
    Adelante con estos relatos autobigráficos que nos dejan encontrar espacios de reflexión.

  2. Gilma, te agradezco muchísimo el comentario. Comparto contigo que en el proceso de aprendizaje no estamos solos y que éste no siempre es resultado de las capacidades intelectuales. Hay muchos tipos de aprendizaje, muchos estilos y muchas maneras y lugares donde aprender. Añadiría, además, que se aprende mucho de los alumnos. Reflexionar y fijarse en nuestra tarea aporta gran cantidad de información sobre nuestro estilo de enseñanza, nuestra forma de ver las cosas, etc. Cosa que de gran provecho.
    Un saludo cordial

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