¿Motivador quiere decir divertido?

por Maribel González Martínez

A raíz del artículo que escribí sobre motivación surgió una idea en mi cabeza: sin saber por qué estaba identificando motivación con entretenimiento o diversión. Sin embargo, la duda me ha asaltado: ¿realmente motivación quiere decir diversión?

La respuesta a esta pregunta es no. Que algo sea motivador no quiere decir que sea divertido, puede ser una ambición o un deseo por conseguir descifrar un texto, por ejemplo.

Quizá, la motivación está relacionada con nuestros intereses personales, es decir, esto o aquello es motivador en función de mis gustos o preferencias personales. Por ejemplo: aprendo un idioma porque me gusta conocer otras culturas y tener relación con personas pertenecientes a las mismas.

Asimismo, la motivación está unida a las necesidades, por tanto movilizaré todos mis recursos para satisfacer mis necesidades. Por ejemplo, necesito el español porque me he trasladado a España a vivir o porque tengo que asimilar el currículo académico y tengo que aprobar las asignaturas en el colegio instituto.

Teniendo en cuenta esto, está claro que la motivación se ve afectada por las dificultades que encuentre en el camino o por el nivel de satisfacción que haya logrado en la consecución de mis deseos. De ahí que sea dinámica como comenté en el post anterior y que sufra ajustes y reajustes para ir amoldándose a cada situación.

Esto nos lleva al principio y a aquellas reflexiones que realicé hace años y medio sobre las razones de mis alumnos para aprender un idioma, así como las cosas que querían saber:

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