(Aviso: Otro borrador con pensamientos y preguntas que pueden no tener sentido)
En el último post quise hacer una resumen de cuál había sido mi periplo digital y las cosas que había aprendido (cuesta un poco utilizar un pretérito porque parece un proceso cerrado y es más bien todo lo contrario). Cuando me puse a escribir sobre mi viaje digital iniciado hace tres años, me proponía explicarme y comprender las diferentes etapas que había atravesado para saber en qué situación me encuentro ahora. Así como exponer las motivaciones que tengo en estos momentos para continuar con este trabajo reflexivo ahora que éste es una meta en sí. Es decir, la meta anterior era generar pensamientos hasta convertirme en la profesora perfecta (sería interesante hacer un análisis de mi discurso) cuantificable a través de notas; sin embargo ahora creo que no existe algo así. Por tanto, la meta es continuar recogiendo datos y haciendo reflexiones sobre las cosas que ocurren en clase con el fin de averiguar si soy coherente o no. ¿Mi discurso tiene un reflejo real en clase?
Necesitaba escribir sobre mi evolución porque siento que he estado durante mucho tiempo absorbiendo información sin parar y no la he procesado lo suficiente. Es el momento de ir viendo qué cosas han arraigado y qué no lo ha hecho; además de reestructurar las categorías del blog, interrelacionar la información que ido generando y ver con otra perspectiva el proceso en el que estoy inmersa. De algún modo, se trata de verme desde fuera y preguntarme porqué continuar con este trabajo en formato online.
He de confesar que todo esto que escribo obedece a dudas que me han asaltado en los últimos tiempos a raíz de que, por ejemplo, Iñaki (Ibilbidea) decidiera abandonar la publicación reflexiva en el portafolio. Por supuesto, también me hizo pensar lo que comentó Daniel (Algarabías) en contestación o al hilo de las reflexiones de Iñaki.
Lo cierto es que se me ocurren todas estas preguntas relacionadas con el proceso reflexivo y su publicación online, teniendo en cuenta que la filosofía de este blog está basada en compartir e intercambiar información:
- ¿Qué utilidad tiene publicar lo que hago o no en clase? ¿Para quién es útil? Siempre le he encontrado una utilidad práctica para mí desde el punto de vista afectivo. ¿Afectivo? Sí, emocionalmente el hecho de escribir o pensar en voz alta sobre lo que ocurre en clase me ayuda a contemplarla con otro ojos. Quizá, no pueda salir de ella durante la misma, pero después sí puedo plasmar mis pensamientos para analizar lo que ha ocurrido.
- ¿Qué beneficio obtengo de compartir mis pensamientos o mis cuitas laborales con otros profesores? Cuando hablo de beneficio, ¿A qué me refiero? ¿Espero encontrar un trabajo escribiendo aquí? ¿Espero que alguien me reconozca mi labor? En ese caso,¿Cómo pretendo que la reconzcan? ¿Únicamente deseo compartir y dialogar con gente que hace lo mismo que yo? ¿Quiero sacar a la luz mis clases para que no se apolillen o cojan moho? Me pregunto por el beneficio porque recuerdo que es una de las preguntas de control para saber si esta herramienta es o no beneficiosa. La cuestión es que habría que matizar el tipo de beneficio al que nos estamos refiriendo porque las motivaciones para mantener un espacio como este pueden ser múltiples y variadas.
- ¿Esto que llaman portafolio está muerto? Dándole vueltas al PLE. Algunos comentarios me sacudieron la mente.
- ¿Qué he aprendido? ¿Qué estoy aprendiendo? ¿De quién aprendo? (Alumnos, otros profesores, de mis propios pensamientos, de lecturas,…)
- ¿Cuánta retroalimentación obtengo escribiendo en el blog? ¿Es suficiente para mí? ¿Realmente la necesito o la quiero? ¿Se reproduce en la vida digital la situación que se daría en la realidad? Es decir, si perteneciese a una institución y tuviera compañeros, ¿habría gente dispuesta a involucrarse en esta labor o a compartir lo que les ocurre en clase?
- ¿Por qué la gente no comenta lo que escribo cuando sé que tengo algún lector que otro? ¿Tiene algún sentido publicar si la gente no comenta mis escritos? Al fin y al cabo, se supone que el blog es una herramienta en la que una publica cosas con el objetivo de que los lectores aporten su opinión y se entable así una «conversación». Si ésta no se produce, estoy reproduciendo el modo de publicación tradicional unidireccional, donde el lector lee pero no interactúa con la persona que ha escrito el texto. Esto me lleva a preguntarme ¿Es realmente comentable lo que explico en el blog?
- ¿Qué límites me he puesto a la hora de compartir mi trabajo?
Bueno, aquí dejo algunas preguntas con algunas respuestas. Son sólo algunos pensamientos que, la verdad, no sé si son desvaríos o tienen alguna utilidad. Este es el quid de la cuestión: ¿Estaré en crisis?